¿TRISTE EN NAVIDAD?
Parece que todo el mundo debiera estar contento en Navidad, o por lo menos es lo que el marketing y los medios de comunicación nos hacen sentir; pero la realidad es muy diferente: muchas personas sienten tristeza, estrés o melancolía en la época (supuestamente) más feliz del año. Y tranquil@s, ¡Es normal!
Lo que socialmente llamamos “depresión navideña”, y psicológicamente se reconoce como “depresión de tipo estacionaria”, es una alteración anímica asociada a un momento concreto o estación del año.
Se puede detectar fácilmente al observar una pérdida de vitalidad, fatiga, cansancio, mal humor, irritabilidad, pensamientos negativos y bajos estados de ánimo.
Las causas para este tipo de depresión pueden ser varias:
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Echar de menos a nuestros seres queridos suele ser la causa más común.
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No es inusual sentir tristeza a causa de la distancia o el fallecimiento de personas que queremos y es completamente normal que resulte difícil lidiar con esa ausencia en un momento que idealmente debe de ser de gozo, compañía y felicidad.
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Las obligaciones sociales.
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En estas fechas lidiamos con organizar citas, comidas y cenas de amigos, compañeros de trabajo y familiares lo que para muchos ejerce un estrés organizacional y una incomodidad al tener que mantener una “eterna sonrisa” ante la sociedad. Además a muchos se les suma el estrés de tener que elegir y comprar los regalos de Navidad.
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Hacer el balance de objetivos por el fin de año.
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Es realmente común que las personas observen el cambio de año como un momento para analizar nuestros objetivos. Muchos observan su camino con falta de indulgencia y cargan a sus espaldas todo lo que no han hecho o conseguido.
La Navidad transcurre en la época del año donde tenemos menos horas de luz solar, lo que provoca un déficit en la vitamina que se encarga de gestionar nuestro estado de ánimo. Por si fuese poco, las noches largas, el frío y las lluvias favorecen los estados anímicos deprimidos.
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Socialmente debemos sentirnos felices
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Este imperativo silencioso frente a la gente que siente una melancolía que puede estar perfectamente justificada, genera un contraste que puede desembocar en frustración y malestar.
Si te sientes identificad@, mantén la calma, siempre podemos poner de nuestra parte para mejorar. Os mostramos unos tips para sentirte mejor:
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La mayor parte de estos casos son bajones emocionales importantes, pero temporales.
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Las Navidades también tienen un final.
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Prepara las cosas con tiempo
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Así evitarás dejar nada para el último momento.
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Si tienes que organizar algo evita gestionarlo todo en soledad.
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Saber pedir ayuda es realmente importante.
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Olvídate de buscar los ideales de perfección.
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Ni todo tiene que ser perfecto ni todo tiene que salir bien.
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Relájate.
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Hay mil maneras de relajarse y de pasar tiempo de calidad con nosotros mismos.
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Céntrate en las cosas que te hacen ilusión y sentir bien.
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Quizá sea hacer el árbol de Navidad, ver el alumbrado de las calles o cocinar galletas. Quizá puedes olvidarte de la Navidad y centrarte en las cosas que también ocurren en esta época: los amaneceres gélidos, la niebla de los atardeceres, el placer de beber té caliente o ver una peli bajo una manta gorda y calentita.
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Pon tus pensamientos negativos en cuarentena:
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Antes de dar por válido todo lo negativo que piensas analiza si estás siendo just@ y realista, seguro que puedes modificarlos por pensamientos más positivos.
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Si sientes la ausencia de personas que quieres por la distancia o un fallecimiento
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Intenta aceptar la sensación como un sentimiento que forma parte de la vida, deja que fluya pero no te recrees en ella. Llegado el momento busca compañía y mantente activ@.
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Da paseos al aire libre:
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El poder del ejercicio físico y del contacto con entornos naturales es incuantificable.
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Busca nuevas actividades y tradiciones
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Si las antiguas te reportan sentimientos negativos, lo mejor que puedes hacer es enfocarte en buscar nuevas.
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Haz “lo que te apetezca”.
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Muchas veces nos sentimos obligados a asistir a eventos sociales o hacer cosas que en realidad ni nos apetecen ni nos hacen bien, pero sentimos que “hay que hacerlo”. Hay buenas excusas para faltar a citas incómodas si no te apetecen. Nadie te prohíbe cambiar, innovar, transformar o desechar las tradiciones: eres libre y lo importante es que hagas aquello que te haga sentir bien alejando la culpa y la presión de que hay que hacer algo porque es Navidad.
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Por último y no menos importante,
Si tu salud mental está pasando por un mal momento y no consigues afrontarlo, busca ayuda. Los psicólogos tienen una función y no hay nada más valiente que saber buscar ayuda cuando se necesita.
Desde Pole no os deseamos Feliz Navidad, os deseamos un Feliz Diciembre.
En este precioso mundo cada uno celebra lo que le apetece y esa diversidad hace de este planeta su mayor riqueza.
Al final de cada día lo único importante es que todos nos sintamos lo mejor posible sin hacer daño a los demás; es más, si puedes ayudar a alguien por el camino recuerda que dar te hace sentir mejor que recibir.
Te esperamos en nuestro blog.
Un fuerte abrazo,
Vuestra familia Pole.